top of page
1 - Banner. Rebelión en Sicilia.jpg
2 - Banner. En tierra de tiranos.jpg
Volver

POBLACIÓN Y POLÍTICA

Imagen de una procesión religiosa - Autor desconocido (c. 1910).jpg

La huelga primigenia

Cerámica donde jóvenes estudían - Museo Estatal, Berlín (s. V a. C.).jpg

La institución de la 'efebía'

Hipías es expulsado de Atenas con sus hijos - Nicolai Abildgaard - Statens Museum for Kunst.jpg

La democracia como crimen pasional

Cartel Roma (HBO).jpg

Clodia, ¿femme fatale romana?

Cesarión - Rome - HBO.jpg

La 'paiderastia' antigua

Escena funeraria IA.jpg

El culto a los hermanos Graco

Apio Claudio Caeco en el Senado - Cesare Maccari (1888).jpg

Historia de la gens Manlia

El joven Baco y sus seguidores - William-Adolphe Bouguereau (1884).jpg

Lo inusual de las orgías

1 - Banner. Rebelión en Sicilia.jpg
2 - Banner. En tierra de tiranos.jpg
Huelga primigenia

La huelga primigenia

El 1 de mayo es el día internacional de los trabajadores, y, por extensión, también de la lucha obrera. Muchos de los derechos laborales que disfrutamos hoy en día se consiguieron gracias a la movilización de los trabajadores, pero, ¿hasta dónde podemos remontarnos para ver su origen?

Israelitas en Egipto - Edward John Poynter (1867).jpg

Israelitas en Egipto - Edward John Poynter (1867)

El testimonio más antiguo de una huelga laboral, en el sentido estricto que dicta la RAE (interrupción colectiva de la actividad laboral por parte de los trabajadores con el fin de reivindicar ciertas condiciones o manifestar una protesta), lo encontramos, cómo no, en el antiguo Egipto.

 

En el año 1153 a. C., en los últimos momentos de mandato del faraón Ramsés III, el escriba Amennajt realiza un informe sobre los acontecimientos ocurridos en ese año en la zona de la construcción de 'ta set maat' (el Lugar de la Verdad; actual Deir el-Medina). En el lugar denominada como “Tumba”, que comprendía una amplia área entre los valles y las montañas del occidente tebano, la construcción de la Tumba Real se vio paralizada entre el invierno y el inicio del verano, debido a una serie de revueltas entre los operarios de la construcción.

Tumba de Ramsés III - Deir el-Medina, Egipto.jpg

Tumba de Ramsés III - Deir el-Medina, Egipto

El faraón, a través de sus delegados, asignaba a sus trabajadores fundamentalmente tres cosas: una casa, un lugar para construir su tumba y lo necesario para poder vivir, bajo la forma de salarios y regalos.

Un año antes de la revuelta el escriba Neferhotep manda una carta al visir Ta, quejándose por que los salarios llegaban con 8 días de retraso. Este respondió del siguiente modo:

Así dice el visir Ta: No era porque no había nada que traeros que yo no he venido. ¿Cómo es que vais diciendo, ‘No nos entregan nuestra ración’? ¿He dado yo, el visir, orden de entregarla? ¿No he dado yo tanto como han dado otros visires? Si ocurrió que no había nada en los graneros, yo os he dado lo que he encontrado”, (GARDINER, A. (1995) Ramesside Administrative Documents 55, 15-56).

El visir Ta achaca el problema a la situación económica de Egipto, que no era la mejor en aquel momento, y no a su gestión o a la posible corrupción que subyaciera en su mandato. Los cierto era que el faraón, ya mayor, decidió legar su imperio al visir, pero este estaba muy ocupado para atender a los suplicantes. El retraso en los pagos llegó a alcanzar los 20 días, y como estos pagos consistían, principalmente, en alimento, los trabajadores comenzaron a pasar hambre.

Obrero con cincel y mazo - Ostracon hallado en Deir el-Medina, Egipto.jpg

Obrero con cincel y mazo - Ostracon hallado en Deir el-Medina, Egipto.

De esto modo se inician las movilizaciones, agrupándose en los templos y canteras para paralizar las obras. Los escribas, encargados de organizar el operativo, trataban de contentar a los obreros con escasas dosis de grano. Pero la situación se torció tanto que hubo escribas que se unieron a las propias huelgas, como es el caso del jefe de obra Jonsu. Esto indica que la situación de descontento no solo se deba a los salarios, sino también a un malestar general con el reinado de Ramsés III, que parecía abandonar sus deberes hacia su país.

 

Tristemente, desconocemos cómo terminó esta huelga en concreto, pero seguramente no muy bien, pues estos movimientos se sucederían en el tiempo entre los reinados de Ramsés IV (1153-1147 a. C.), Ramsés IX (1126-1108 a. C.) y Ramsés X (1108-1099 a. C.).

Aldea de los trabajadores - Deir el-Medina, Egipto.jpg

Aldea de los trabajadores - Deir el-Medina, Egipto

Efebía

La institución de la 'efebía'

La Efebía (Ἐφηβία) era una institución ateniense que agrupaba a los jóvenes entre los 18 y los 20 años, y cuya finalidad era el entrenamiento militar.

Se implantó en el siglo IV a. C. Su duración era de dos años, y durante ese período permanecían ajenos al pleno disfrute de sus derechos y deberes cívicos.

Y cuando los cadetes han pasado por esta revisión, sus padres celebran reuniones por tribus, y después de prestar juramento, eligen a tres miembros de la tribu de más de cuarenta años, a quienes consideran los mejores y más idóneos para supervisar a los cadetes. (…) el pueblo también elige dos entrenadores atléticos e instructores para ellos, para enseñarles sus ejercicios como soldados de armas pesadas, y el uso del arco, la jabalina y la honda” (Aristóteles, Constitución de los atenienses, 42).

Posteriormente, cuando el reclutamiento dejó de ser obligatorio, la Efebía se convirtió en una institución de carácter meramente educativa y de condición elitista que, además de los deberes cívicos, impulsaba la enseñanza de la literatura y la filosofía.

Al frente se hallaba un magistrado, llamado Cosmeta (Κοσμητης), el cual era elegido por la asamblea y ejercía su mandato durante un año. Debía tener al menos cuarenta años.
El término significaba literalmente "guardián del orden".

Esta persona se encargaba de enseñar a los efebos virtudes tales como la prudencia, la sabiduría, la decencia y la honestidad, y estaba capacitado para infligir castigos corporales a los más remisos.

Cerámica donde jóvenes estudían - Museo Estatal, Berlín (s. V a. C.).jpg

Cerámica ática con maestro y alumnos - (s. V a. C.) Museo Estatal, Berlín; fotografía de National Geographic

En esta cílica (κύλιξ) ática de figuras rojas se muestran diversos aspectos de la educación de los jóvenes. Un maestro da una lección de música a un joven con un instrumento parecido a la lira y otro, con un papiro desplegado, da una lección a un muchacho de pie frente a él

Origen democracia

La democracia como crimen pasional

Sabemos que la democracia se origina en Atenas, pero, ¿en qué contexto?

Puede decirse que desemboca a raíz de un crimen pasional, aunque las causas no son definitivas.

Atenas era gestionada por dos hermanos, hijos de Pisístrato, tirano de la ciudad. Muerto el padre, ambos gobernaron en un período de relativa paz social. Hipías, el que se cree que era el hermano mayor, dirigía la ciudad, mientras su hermano Hiparco lo ayudaba en el gobierno.

Al parecer, Hiparco se encaprichó de un tal Harmodio, un joven que ya tenía un amante llamado Aristogitón. El joven Harmodio sufrió el abuso del tirano, y, en respuesta, realizaron un atentado contra Hiparco.

Equipados con cuchillos, corrieron encontrando a Hiparco en un lugar llamado Leocorio, sin ningún miramiento cayeron sobre él, y con toda la cólera del mundo, uno por celos, el otro por deshonra, lo golpearon y lo mataron. Aristogitón, por el momento, gracias a la gran confluencia de gente, escapó a través de la guardia, pero cogido después, fue manoseado sin contemplaciones; pero Harmodio fue asesinado en el lugar” (Tucídides, Historia de la Guerra del Peloponeso, 6.54-57).

Aristogitón y Harmodio - Museo Arqueológico Nacional, Nápoles, Italia.jpg

Aristogitón y Harmodio - Museo Arqueológico Nacional, Nápoles

Asesinado Hiparco (c. 515 a. C.), el régimen de su hermano Hipías se endureció (Heródoto, Historia, 5.62.2; Aristóteles, La constitución de Atenas, 19.4).

Después de ajusticiar a Aristogitón, el tirano inicia una campaña de expansión territorial que preocupa a Esparta, y tras estallar la guerra, los lacedemonios sitian la acrópolis de Atenas.

 

Hipías acepta el destierro y se refugia, para variar, en la corte persa de Darío I.

Hipías es expulsado de Atenas con sus hijos - Nicolai Abildgaard - Statens Museum for Kunst.jpg

Hipías es expulsado de Atenas con sus hijos - Nicolai Abildgaard - Statens Museum for Kunst

Es entonces cuando el líder de la principal familia opositora, Clístenes el Alcmeónida, crea un nuevo sistema que rompa con lo establecido (c. 508 a. C.).

 

Nace así la democracia, cuyo sistema reorganiza a los ciudadanos que habitualmente estaban alejados de los asuntos políticos para que tomen parte en ellos.

Clodia

Clodia, ¿femme fatale romana?

En el siglo I a. C. Roma estaba inmersa en una época de cambio. El tradicional matrimonio cum manu, en el cual la mujer pasaba de la autoridad del padre al de su marido, pierde su relevancia frente a la unión sine manu. Esta última unión mantenía a la mujer casada bajo el control de su padre, pero suponía en la práctica una mayor autonomía sobre ellas, que ya contaban con una fortuna propia en la mayoría de los casos.

Tocador de una dama romana - Juan Jiménez Martín (1875).jpg

Tocador de una dama romana - Juan Jiménez Martín (1875)

Esta nueva feminidad de la sociedad romana se refleja en una figura clave de la época: Clodia (95-… a. C.), hermana mayor de Publio Clodio Pulcro (90-52 a. C.), conocido agitador del momento. Esta provenía de una familia aristócrata romana y despertaba las pasiones de los romanos. Su vida amorosa era la comidilla de la ciudad, pues, a pesar de estar casada con su primo Quinto Cecilio Metelo Celer (103-59 a. C.), los rumores apuntaban a que tenía docenas de amantes.

Grabado de Clodia - Guillaume Rouille (1553).jpg

Grabado de Clodia - Guillaume Rouille (1553)

Sin embargo, en el año 56 a. C., el amarillismo romano alcanzó una de sus cotas más altas. La relación que tenía Clodia con Marco Celio Rufo (82-48 a. C.) se rompe. A causa de ello, los hermanos Clodio persiguen a este personaje, que es defendido en juicio por el propio Cicerón (106-43 a. C.). Se le acusa de haber amenazado e incluso asesinado a un emisario ptolemaico, llamado Dion. En medio del escándalo, Celio decide marcharse a una propiedad que tiene en el campo, pero allí aparece Clodia, que con su atractivo termina por someterlo a su voluntad, convirtiéndolo en su perrito faldero en público.

Por ello Cicerón dedica las siguientes palabras en el juicio:

Supongo, pues, que una mujer soltera ha abierto su casa a todos los libertinos, que ha abrazado públicamente el estado de cortesana, que se encuentra en las fiestas con los hombres que le son más extraños; supongo que esta mujer vive de este modo en Roma, en el campo, a los ojos de la muchedumbre que se reúne en las aguas de Baiae [lago Bracciano]; que no sólo su andar, sino también su atuendo y su seguimiento, que no sólo la audacia de sus miradas, el libertinaje de su hablar, sino también sus abrazos, sus caricias disolutas, sus baños, sus paseos por el agua, sus fiestas la muestran no sólo como una cortesana, sino como la más desvergonzada de todas las prostitutas. Si un joven se encontrara con ella por casualidad, ¿dirías, Lucio Herennio [Balbo, acusador de Celio], que es un seductor, o simplemente un hombre en busca de diversión? ¿Dirías que quería corromper la inocencia, o satisfacer un capricho?” (Cicerón, En defensa de Celio, 49).

Estatua moderna de Catulo - Sirmione, Italia.jpg

Estatua moderna de Catulo - Sirmione, Italia

El poeta Cayo Valerio Catulo (87-54 a. C.), embelesado por la figura de Clodia, le dedica más de veinticinco poemas bajo el pseudónimo de “Lesbia”. La describe del siguiente modo:

 

A Lesbia. Aquel me parece que es igual a un dios: aquel, si se me permite, supera a los dioses, el que, sentado frente a ti, sin moverse, te mira y te oye reír con dulzura, cosa que, a mí, en mi desgracia, me arrebata los sentidos, pues tan pronto como te he visto, Lesbia, nada queda de mí. Mi lengua enmudece; una leve llama se aviva bajo mis miembros; con su propio sonido zumban mis oídos y se cubren de noche mis ojos” (Catulo, Poemas, 51.1-14).

Lesbia y su gorrión. Cuadro inspirado en los poemas de Catulo - Edward Poynter (1907).jpg

Lesbia y su gorrión. Cuadro inspirado en los poemas de Catulo - Edward Poynter (1907)

No hay duda de que Clodia despertaba la pasión de sus contemporáneos, tanto para bien como para mal. Sin embargo, parece que Clodia no era una rareza dentro de Roma, y que, lo más destacable de su vida sentimental y sexual, es que llegara a hacerse pública y usara con fines políticos.

Cadáver de Clodio - Desconocido.jpg

Cadáver de Clodio – Desconocido

Paiderastia

La 'paiderastia' antigua

A pesar de ser una práctica atroz en la actualidad, las relaciones íntimas entre adultos y menores eran algo habitual en el mundo antiguo. En la sociedad griega, y posteriormente en la romana, la pederastia se volvió algo bastante estandarizado. Sin embargo, ello difiere de la 'paiderastia' griega.

Cesarión - Rome - HBO.jpg

Esta se trata de una herramienta de construcción social de las clases superiores. No englobaba todas las relaciones sexuales existentes en la época entre adultos y adolescentes. Respondía más bien a las siguientes condiciones específicas: el adulto o erastés (ἐραστής; cerca de la treintena), mantenía una relación, no exclusivamente sexual, con el erómenos (ἐρώμενος) o joven, que era siempre un adolescente (entre quince y dieciocho años); ambos eran varones. El padre del joven aceptaba el pacto y el adulto pasaba a tutelar al joven, enseñándole cómo desenvolverse en la sociedad.

Escena pederástica - Museo del Louvre (s. VI a. C.).jpg

Escena pederástica - Museo del Louvre (s. VI a. C.)

Escena de sexo intercrural - Eucárides de Atenas (c. 490 a. C.).jpg

Escena de sexo intercrural - Eucárides de Atenas (c. 490 a. C.)

El sexo ideal era el intercrural, es decir, utilizar los muslos para simular una penetración, ya que el sexo anal era deshonroso. Por supuesto que ello no significa que estas prácticas sexuales no se realizaran, pero con el tiempo se establecieron una serie de pautas sociales ideales.

Pero que esta práctica estuviera aceptada no eliminaba el sufrimiento de las víctimas, incluso de las personas cercanas a ellas. El poeta Catulo (87-54 a. C.) comparte este sobrecogedor pasaje:

 

«A Aurelio:

 

Me encomiendo a mí misma y a quienes aprecio, Aurelio: el favor que te pido es razonable; y si alguna vez tu alma concibió el deseo de encontrar el objeto de tus fuegos puro e intacto, preserva de todo daño al niño que te confío.

 

No es a la multitud de amantes a la que me refiero, no temo a esos hombres que pasan y vuelven a pasar por una plaza todos ocupados en sus asuntos; no, es a ti solo a quien temo, a ti y a tu miembro fatal para todos los niños, puros o impuros. Agítalo donde quieras, como quieras y tanto como desees, cuando esté fuera y listo para el placer. Solo exceptúa a mi pequeño, un deseo razonable, creo.

 

Pero si tus malas inclinaciones, si una furia insana te empuja, canalla, hasta el punto de atentar contra la vida de mi hijo, entonces, desgraciado, ¡ay de ti!» (Catulo, Poemas, 15.1-15).

 

Este sentimiento, a pesar de pertenecer a una persona de hace 2.000 años, es muy actual. Desgraciadamente, parece que algunas prácticas del pasado se niegan a desaparecer.

Erastés y erómeno - Museo del Louvre (s. V a. C.).jpg

Erastés y erómeno - Museo del Louvre (s. V a. C.)

El culto a los Graco

El culto a los hermanos Graco

La memoria de los héroes.

Creo que muchos coincidiréis en mi definición de iniciar bien un nuevo año: revisionar la serie de HBO, Roma.

Viendo el capítulo 1x06, 'Egeria', una escena llamó mi atención.

El contexto es el siguiente: Cuando César persigue a Pompeyo a Grecia, Antonio se queda en Roma. Pullo le dice a Voreno que Antonio devolverá las tierras a los ciudadanos, y Voreno le responde que los modos de Antonio no serían aprobados por Cincinato, Mario o los Graco. Pullo le responderá: “¿Quiénes?”.

Roma - Grakoen momentua.jpg

Escena de Roma donde se menciona a los Graco

Creo que esta escena no es verosímil porque sería imposible que un plebeyo como Pullo, que vive en el Aventino, lugar donde resistieron los últimos seguidores de Cayo Graco, no conociera a los hermanos Graco.

 

Las políticas de Cayo Graco habían sucedido unos 70 años atrás, lo que no es tanto tiempo. Tras el asesinato de Tiberio (133 a. C.), no existió ningún tipo de recuento de lo ocurrido. El senado fue consciente de que era vital para defender sus intereses que la damnatio memoriae se promoviera, y lo llevó a cabo tras el fatal desenlace de Cayo (121 a. C.). Se crea así una identidad victoriosa que trata de reunir a los vencedores, mientras que humilla a aquellos vencidos.

Grabado de la muerte de Tiberio Graco - Lodovico Pogliaghi (1890).jpg

Grabado de la muerte de Tiberio Graco - Lodovico Pogliaghi (1890)

La muerte de Cayo Graco - François Jean-Baptiste Topino-Lebrun (1798).jpg

La muerte de Cayo Graco - François Jean-Baptiste Topino-Lebrun (1798)

Para ello se construyó un templo dedicado a Concordia en la parte occidental del Foro, a cargo del cónsul Lucio Opimio (121 a. C.), que pasó a ser el símbolo de la derrota, no solo de Cayo, sino de ambos hermanos.

Tras todo el revuelo que supuso el final de la república, el término concordia caerá en desuso con Augusto, que decidió cambiarlo por ‘pax’. Pero gran parte de la popularidad de los Graco seguía vigente.

Plutarco nos cuenta, seguramente en un periodo de tiempo muy cercano al asesinato de Cayo, que la plebe erigió estatuas de ambos hermanos en los lugares públicos, sacralizaron los lugares donde fueron asesinados e incluso realizaban ofrendas y sacrificios (Vidas paralelas. Tiberio y Cayo Graco, 18.2).

Las estatuas serían pequeños bustos o imágenes de los hermanos, debido al origen humilde de quienes las fabricaban, por lo que la desaparición total de estas por parte del senado resultaría imposible, aunque no se conserve ninguna evidencia de alguna orden emitida con este fin. Por lo tanto, el culto a los hermanos perdura en el tiempo, haciéndose eco de que la memoria colectiva no olvidaba el episodio a pesar de las antagónicas intenciones del senado (Pina Polo, F. (2016), The “tyranny” of the Gracchi and the Concordia of the optimates: an ideological construct, pp. 19-20).

Los héroes de la plebe no desaparecen de la noche a la mañana.

Gens Manlia

Historia de la gens Manlia

La gens o familia Manlia fue una antigua familia patricia romana a la que podemos rastrear durante 1.000 años y llegó a ostentar desde épocas muy tempranas los cargos más prestigiosos del estado. Mencionaremos algunos de los personajes más célebres de un linaje muy antiguo y extenso.

Apio Claudio Caeco en el Senado - Cesare Maccari (1888).jpg

Apio Claudio Caeco en el Senado - Cesare Maccari (1888)

Esta familia provenía en origen de Túsculo, la ciudad de origen de Cicerón, ubicada a unos 25km de Roma. El primer cónsul de la familia, Gneo Manlio Cincinato, data de una época antigua, pues fue elegido en el año 480 a. C., el mismo año de la batalla de las Termópilas, del cabo de Artemisio y del saqueo de Atenas por parte de las fuerzas del emperador Jerjes I de Persia. Pereció combatiendo a los etruscos (Dionisio de Halicarnaso, Antigüedades romanas, 9.5).

Teatro romano de Túsculo.jpg

Teatro romano de Túsculo, Italia

Otro antepasado de esta familia, Lucio Manlio Vulsón Longo, cónsul en los años 256 y 250 a. C., comandó la flota romana en la Primera Guerra Púnica (264-241 a. C.). Gracias a su victoria en su primer año de consulado, celebró un triunfo en Roma. En su segundo año asedió Lilibeo, siendo superado por las defensas cartaginesas (Polibio, Historias, 1.26-29, 41-48).

 

Unos años más tarde aparece Lucio Manlio Vulsón, desempeñando su pretura en Sicilia en el año 197 a. C. (Tito Livio, Historia de Roma, 32.27-28). Su hermano, Aulo Manlio Vulsón, fue cónsul en el año 178 a. C., y le tocó en sorteo la Galia Cisalpina (Tito Livio, Historia de Roma, 41.1-11). Combatió a los galos istrios sin mucho éxito, y fue sustituido por Cayo Claudio Pulcro y Tiberio Sempronio Graco, padre del famoso tribuno, aún no nato.

 

El último personaje de la familia es Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio (c. 480-525 d. C.), más conocido como Boecio, el último filósofo romano que murió tras ser encarcelado.

Boecio despidiéndose de la familia - Jean Victor Schnetz (1826).jpg

Boecio despidiéndose de la familia - Jean Victor Schnetz (1826)

Una familia antigua y poderosa que aparece en mi última novela: ‘EN TIERRA DE TIRANOS’. ¡No tardéis en haceros con un ejemplar! 

Orgías

Lo inusual de las orgías

Existen dos mitos históricos muy extendidos pero que no tienen ningún fundamento hoy en día: griegos y romanos no paraban de fornicar, y que la era cristiana era una de mojigatos.

El joven Baco y sus seguidores - William-Adolphe Bouguereau (1884).jpg

El joven Baco y sus seguidores - William-Adolphe Bouguereau (1884)

Las orgías han existido desde el inicio de los tiempos, y es una característica compartida por otros animales como los delfines o los bonobos (unos primates). Desde la Edad Media en adelante son conocidos los casos del Papa Juan XII (955-964) o el Banquete de las Castañas organizado por César Borgia en 1501 (cuya celebración es muy debatida). Sin embargo, que las orgías existan no significa que se normalicen, y es lo que ocurría en el mundo clásico.

Dionisio y las bacantes - Museo Arqueológico Nacional, Nápoles.jpg

Dionisio y las bacantes - Museo Arqueológico Nacional, Nápoles

En el año 345 a. C., Esquines de Atenas escribió un discurso contra su enemigo político Timarco, donde decía lo siguiente: “Sobre los jóvenes ciudadanos que forman los grupos de bailarines para las fiestas de Dionisio. Quiere que el coreógrafo que los emplee, y que esté dispuesto a gastar su dinero en vuestras fiestas, tenga más de cuarenta años, para que no tenga ninguna relación con vuestros hijos hasta una edad madura. (…) Esta ley se trae contra los jóvenes que se entregan, sin pudor, a vicios viles [como lo hizo Timarco]” (Contra Timarco, 10-22).

 

Del mismo modo, en la republicana romana se prohibieron, en el año 186 a. C., los ritos de Baco, es decir, las famosas orgías de las bacanales. La razón se debía a la falta de moralidad que dichas prácticas imbuían en los romanos, donde se mezclaban con los esclavos, que eran los participantes de dichas celebraciones. En 1640, en Tiriolo, Calabria, se encontró la placa de bronce donde se inmortalizó el edicto y que tuve el privilegio de contemplar en persona.

Senatusconsultum de bacchanalibus - Kunsthistorische Museum, Viena (186 a. C.).jpg

Senatusconsultum de bacchanalibus - Kunsthistorische Museum, Viena (186 a. C.)

Es decir, que los griegos y romanos eran más timoratos de lo que creemos, y que estas prácticas existieran no supone que fueran lo habitual, como sucede hoy en día.

bottom of page